lunes, 14 de mayo de 2012

Yo también tuve ese sueño...

Lo que os dejo hoy aqui no lo he hecho yo, pero si lo he sentido. La Fundación Menudos Corazones ha publicado en twitter un texto que me gustaría compartir con vosotr@s. Ya os conté una vez que mi hijo Víctor nació con una cardiopatía grave, pero por suerte mi sueño "roto" no se convirtió en pesadilla, simplemente me lo cambiaron por otro y puedo disfrutar de él.

Bienvenidos a Holanda

Esperar un bebé es como planear un fabuloso viaje de vacaciones a Italia: compras muchas guías de turismo y haces unos planes maravillosos: el Coliseo, el David de Miguel Ángel, las góndolas de Venecia… También puedes aprender algunas frases en italiano. Todo es excitante. 

Después de meses de preparación, finalmente llega el día: haces las maletas y estás nervioso.
Algunas horas después, en el avión, la azafata dice: "Bienvenidos a Holanda", "¿Holanda?", preguntas. "¿Cómo que Holanda? ¡Yo pagué para ir a Italia! Toda mi vida he soñado con ir a Italia."

Sin embargo, ha habido un cambio en el plan de vuelo, el avión ha aterrizado en Holanda y ahí te tienes que quedar. Así que tienes que salir y comprar nuevas guías de turismo, incluso tendrás que aprender un idioma nuevo.
Lo importante es que no te han llevado a un lugar horrible: se trata, simplemente, de un lugar diferente. Es más lento y menos deslumbrante que Italia. Pero después de pasar allí algún tiempo y de recuperar la respiración, empiezas a mirar a tu alrededor y te das cuenta de que Holanda tiene molinos de viento, tulipanes, incluso Rembrandts…

Pero todos tus conocidos están ocupados yendo y viniendo de Italia, presumiendo de los días maravillosos que han pasado. Y durante el resto de tu vida, te dirás: "Sí, ahí es donde se suponía que iba yo. Eso es lo que yo había planeado."

Este dolor no desaparecerá nunca, porque la pérdida de este sueño es una pérdida muy significativa. Pero si malgastas tu vida lamentado no haber ido a Italia, nunca podrás ser libre para disfrutar de lo que es especial: las cosas encantadoras que te ofrece Holanda.

Por Emily Perl Kingsley (1987), escritora de Barrio Sésamo, madre de un niño con Síndrome de Down.


Que paséis una feliz semana.